El tarot siempre ha tenido muy en cuenta a los profetas. Son el medio que conecta la humanidad con el mundo divino. Son los encargados de entregar los mensajes que los seres divinos tienen que dar a los mortales por algún motivo especial. Por eso se conocen tradicionalmente como «el portavoz» y el «mensajero divino».
Junto a los profetas, se conoce los mensajes que nos traen como profecías o mensajes divinos. Seguro que conocéis al gran profeta Nostradamus. Fue un médico, astrólogo y adivino francés. Tuvo que salir de su pueblo por la peste. Logró formar una familia junto a su mujer y tuvieron dos hijos. Desgraciadamente fallecieron los dos hijos y su mujer. Eso le hizo iniciar un largo camino para profundizar en los conocimientos astrológicos y médicos.
Escribió varios libros y una de sus profecías más conocidas fue la de la destrucción de Occidente a causa de los mongoles de Oriente en 1999.
Pero existen cientos de profetas que se han aventurado en el mundo de la clarividencia y el tarot y han aportado grandes datos sobre acontecimientos que todavía no han pasado. Así, podemos destacar el caso de los Mayas, grandes profetas que nos han dejado cientos de legados e información valiosísima. Tanto es así, que nos dejaron 7 grandes profecías y alternativas para poder evitarlas.
Y son estas profecías y los profetas los que nos muestran que el tarot, la astrología y los conocimientos de la ciencia pueden trabajar juntos, que no son incompatibles, sino complementarios. Lo que nos demuestra que las grandes profecías usan el tarot y la videncia para llegar a las conclusiones que les hagan saber qué va a pasar.